Hace unos días atrás en unos de los perfiles de la red
social Facebook, una de mis amistades, Kayo Iizumi, quien es japonesa, publicó
unas fotos de empanadas. Ustedes dirán bueno y ¿Qué tiene de particular? Que me
llamo la atención la delicadeza en la preparación. A esto se suma que he visto
el interés de Kayo por la cocina Argentina y también por combinar preparaciones
de la cultura japonesa junto a la nuestra. Para ser más exactos Kayo me contó
que combino discos de masa casera con variados ingredientes:
Empanadas realizadas por Kayo Iizumi |
Trascribo el texto original de su mensaje: Rafael, Sí!! Me
encanta!! Arreglé los enpanadas al estilo japonesa. Estos tienen cofitura de
manzana, puré de calabaza dulse y puré de papa con panceta y cebolla. Son muy
parecido a pie de Macdonald en japón.
Dentro de la combinación de sabores me quedo con: “Puré de
papas con panceta y cebolla” y no con el resto mencionado, uno de los motivos
personales se debe, a que no soy amante de lo agridulce en general, si bien
algunas preparaciones contadas con los dedos de la mano, son mis preferidas.
¿Y todo esto a que viene? Es aquí donde de manera punzante
se presenta la cuestión: “La masa de las empanadas” y fue Kayo quien me comentó
que en su experiencia, la elaboración de la misma no fue muy satisfactoria. Y
desde esta respuesta nacen grandes preguntas: ¿Por qué? ¿A que se debe? ¿La
masa es algo simple o complicado? ¿Vale la pena hacerlas caseras? ¿Vale la pena
realizar este trabajo de amasado? Etc.
Dentro de todas las preguntas imaginables por el lector me
quedo con la que mas me gusta y la más conflictiva de todas: ¿Vale la pena
hacerlas? La respuesta es contundente: SI. ¿Será posible que usted señor lector
sea tan molesto con una pregunta sucesiva? Ejemplo: ¿Por qué? Y aquí es donde
me salen los colmillos y como dicen aquellos que mas me conocen, comienzo a
frotar mis manos y brota el maestro ciruelo de mis entrañas…
Masa casera para empanadas. |
Respuesta al ¿Por qué?
La respuesta es simple, si estamos en casa y queremos
realizar una ricas empanadas rápidas (Jamón y queso – carne picada – pollo – de
espinacas y salsa blanca – mozarella y roquefort) nada mejor que utilizar
discos comprados de muy buena calidad y volcar al relleno todo el amor mas
profundo de nuestro ser. Pero, cuando hablamos de realizar unas empanadas
criollas caseras, la cosa cambia, y mucho. Ya no estamos hablando de un simple
relleno de carne picada, cebolla y algún huevo perdido, con unos discos de
supermercado. Estamos hablando de una preparación que es todo un culto en la
cocina criolla Argentina, donde la masa es totalmente elaborada a mano y el
relleno es toda una procesión de ingredientes perfectamente seleccionados y
combinados, los cuales hacen en algunos casos al estandarte de regiones de la
Republica Argentina. Regiones que a su vez se dividen en provincias y estas en
localidades. Por ejemplo: Las empanadas pampeanas, puntanas, mendocinas, sanjuaninas,
catamarqueñas, salteñas (Que ricas que son), santafecinas, cordobesas,
tucumanas y así continúa. Pero la cosa se pone más interesante al ver que
dentro de cada provincia, en cada localidad se combinan nuevos ingredientes. En
fin un mundo increíble, e interminable de sabores criollos.
San Miguel de Tucumán, República Argentina. |
En la próxima entrega realizaré una reseña de combinaciones
de cada una de las provincias Argentinas. Pero hoy, hoy es un día especial
porque no solo veremos como elaborar la masa de empanadas, sino que brindaré un
homenaje a una de las preparaciones que mas me gusta y que mas satisfacciones
me ha dado en decenas de oportunidades: “Las empanadas tucumanas de matambre”.
NOTA: Con respecto a la masa, mas allá de la receta aquí
presentada, vale aclarar que existen muchas preparaciones de la misma según la región,
ejemplo: Variedad de harinas, con grasa, con manteca, con margarina,
combinación de los tres ingredientes antes mencionados, agregado de leche, vinagre,
vino blanco, huevos enteros o yemas y claras por separado, con caldo y algunas
variantes mas que dejaremos para una futura publicación. Vamos a la receta…
Cocina de campo. |
Empanadas Tucumanas:
Masa:
ATENCIÓN: esta masa es solo para horno, para freír en la
próxima entrega
Ingredientes:
Amasijo:
Harina: 1 kg .
Sal: 15 gs
Agua fría: 500 cc
Jugo de medio limón mediano.
Elaboración: Colocar el limón junto con el agua y diluir en
ello la sal. En un bol colocar la harina, agregar la mezcla liquida y unir.
Amasar. Y estirar con palote, darle un pliegue y volver a estirar. Realizar
esta operación 6 veces, dejar descansar por espacio de no menos de 15 minutos.
Empaste:
Margarina: 250 gs
Harina: 50 gs.
Unir la margarina con la harina y mezclar.
Como realizar el primer pliegue |
Armado de la masa: Estirar el amasijo y colocar en el centro
el empaste, cerrar la masa y estirar, llevar a la heladera, repetir la
operación tres veces (Llevando a la heladera cada vez) terminar de estirar y
cortar los discos.
Relleno:
Matambre desgrasado: uno
Verduritas: cebolla-puerro-apio-zanahoria, ajos, laurel,
clavo de olor, perejil.
Cebollas: 3 unidades.
Cebolla de verdeo: medio paquete.
Ajos: 6 dientes
Tomate concentrado: media cucharada
Orégano: v/n
Huevos duros: 6 unid.
Comino: 1/2 cucharadita
Pimentón dulce: 1 cucharadita
Ají molido: 1 cucharadita.
Grasa de cerdo: c/n
Empanadas criollas al horno. |
Elaboración: Colocar en una olla agua junto a las verduritas
y llevar a ebullición, agregar el matambre, bajar el fuego y cocinar por
espacio de dos horas, hasta que el matambre, al querer pincharlo parezca
deshacerse. Quitar el matambre y reservar en la mesada. Con un tenedor comenzar
a deshilacharlo (como si lo estuviéramos raspando, hasta que este totalmente
deshilachado) reservar.
En una cacerola colocar la grasa y saltear la cebolla blanca
y la de verdeo, agregar los ajos picados y el matambre. Cocinar unos minutos,
agregar el pimentón, la pasta de tomate, el orégano, el ají molido y el comino.
Cocinar un minuto y retirar del fuego, agregar los huevos picados y rellenar
los discos.
Cocinar en horno caliente pincelando la masa con huevo.
A disfrutar que de eso se trata.
Saludos del alma, Adolfo Loyola.
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