El placer de lo simple...

El placer de lo simple...

lunes, 24 de noviembre de 2014

LA HUMILDAD DE LOS GRANDES

La humildad de los grandes es una frase que siempre he oído. ¿Pero, como sería esa humildad? ¿Qué forma tendría? Muchas veces formulé esa pregunta en el abismo de mi silencioso pensamiento. El lunes 27 de octubre, decidí saber de que se trataba, y partí resuelto a encontrarme con tal acontecimiento. A las 18 hs. llegué al edificio de la legislatura porteña de la ciudad autónoma de Buenos Aires. Me dirigí directamente a esa puerta colosal de madera maciza ubicada en Perú 160. Subí por la escalera marmolada y gastada por cientos de miles de suelas de zapatos de todos los tiempos. Una vez en el primer piso me deslumbró, la cúspide dorada, manto sigiloso que seguramente guarda secretos en sus dejos dorados. Ya en el salón San Martín pasado quince minutos de la hora señalada y en medio de la ansiedad volátil de las almas presentes, la coordinadora del evento anuncio con una implacable sonrisa y dichoso entusiasmo el ingreso al recinto del Sr. Manuel Corral Vide.


El ambiente se lleno de deleite y los aplausos ávidos de alegría producían cosquillas placenteras en los oídos de los presentes. En ese mismo instante se anunciaba la tan esperada entrega de la mención: “Personalidad destacada en el ámbito de la cultura de la ciudad autónoma de Buenos Aires”

El salón antiguo que resguarda celosamente revestimientos de madera oscura, detalles de mármol frío, esculturas históricas de bronce opacas por el tiempo, las cuales apenas relucían bajo el manto de aquellas arañas antiguas de cristales velados, lentamente se fueron rindiendo al silencio y este, se hizo espacio respetuoso para abrir camino a ese film perfectamente diseñado por Carlos Allo, que mostró el nacer y el recorrido a lo largo de los años del maestro de la cocina gallega; dejando al descubierto la esencia de Manuel…

Aquella tarde conocí la verdadera sencillez de ese grande de la cocina, de la cultura, de la vida. Fue tal emotivo el film, que por momentos se perdía la noción de espacio y tiempo. Fue intenso descubrir la historia de este gran hombre, que logro en mí por primera vez, sentirme insignificante. Fue tan conmovedora la exhibición de su historia que hasta el corazón mas duro se hacia agua. Una leve vergüenza se apodero de mi rostro, cuando quité la emoción de mis ojos al nacer nuevamente la luz en el recinto.


Tomo la palabra el Sr. Juan Francisco Ibáñez, más conocido por todos nosotros como: Pancho Ibáñez. Su anécdota de “Morriña” el restaurante propiedad de Manuel desde hace décadas, quien dirige cual orquesta minuciosa de sus notas, resaltó la tarde sumando su relato. 

Ya cómodos en el estrado de la gloria, las palabras del legislador Sr. Daniel Presti y la Sra. María Amelia Alonso, lucieron la trayectoria de Manuel. Ellos fueron quienes abrieron el sendero al momento más esperado e íntimo y así llegó la hora de escuchar la voz solemne del señor de la cocina gallega, Manuel Corral Vide, que gracias a la vida, ya hemos adoptado como propio hace muchos años. De esta manera Manuel nos encantó con sus palabras, con su presencia, con su carisma, con su personalidad seductora y con esa “Humildad” que solo reluce en los grandes.


El atardecer gris plomo y la rebeldía del viento caluroso que prometía intensa lluvia en nuestro camino, lleno de satisfacción el recinto y Manuel Corral Vide fue guionista, director y protagonista de una obra maestra, en una tarde para no olvidar jamás.

¡Felicidades Manuel! Por esta merecida distinción, que la gloria te acompañe siempre y… Salud, mi amigo…



Saludos del alma, Adolfo Loyola.

1 comentario:

  1. un grande, en serio, humilde y buen tipo. Admiro su perseverancia y sus dotes culinarias. Qué rico se come ahí!!!

    ResponderEliminar