El placer de lo simple...

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lunes, 8 de octubre de 2012

MATANDO A LA ABUELA


Es increíble como pasa el tiempo, las sociedades cambian, y las idiosincrasias de las regiones en todo el mundo también  Argentina no esta exento de ello. Argentina… estoy seguro que ustedes dirán en primera instancia, Adolfo se te aflojo un tornillo. Pero te aseguro que si colocas la mano en tu corazón y haces un poco de memoria te darás cuenta que no estoy errado. Para entender porque “Matamos a la abuela”, tenemos que hacer un retroceso en la historia de las ultimas dos décadas.

A principios de la década de los 90, hubo una revolución de la mujer. Antes de continuar con esta explicación, quiero dejar asentado de manera absolutamente firme que soy un fan de ellas y que considero que la mujer es hombre y el hombre mujer (hablando en criollo) Quiero decir, que tanto el hombre como la mujer son uno. Son la misma esencia y no existe nada que cambie esto. Hombre y mujer un mismo ser humano, con derechos, obligaciones, emociones, fuerzas, amor, cariño, entusiasmo, ambiciones e igualdad de derechos y oportunidades.
Pero en aquel momento la mujer comenzó su liberación (Así proclamaban las mas feministas) Aunque algunas mantenían firme la convicción de que era un cambio interno y externo, el cual significaba su protagonismo en el mundo de los hombres, peleando por la igualdad de condiciones. La verdad eso es excelente.

Ahora bien, la idea de esto no es entrar en debates desubicados, ubicados y fuera de lugar, para nada. La idea es que desde hace tiempo, las maravillosas mujeres han dedicado tiempo a sus trabajos (ya sea por deseos o por obligación económica) han salido del encierro de sus hogares y tal vez de la tiranía de algún marido represor (risas). La mujer pasa mucho tiempo fuera del hogar por este y otros motivos. Según estudios, de los más especializados sociólogos, esto ha causado algunos trastornos dentro del ámbito familiar, dado que al faltar la mujer en el hogar este se ve trasformado, mas teniendo en cuenta que, en el hogar, en su mayoría se encuentran niños en edad primaria, media y en algunos casos muy…mayorcitos, muy apegaditos a mamita (risas).

Repito la idea no es entrar en debate de ningún modo. Simplemente realicé este intro por que desde hace mucho tiempo veo, inclusive entre allegados que sus vidas han cambiado…ya no son como las que viví de chico. Todos trabajan y realizan actividades por lapsos extensos de tiempo y no están en casa. En algunos casos escasea la atención en la educación de los niños.

Ustedes dirán ¿Qué tiene que ver esto con matar a la abuela? Todos en estos días vivimos tiempos acelerados tanto que perdemos en el camino muchas cosas y lo mas triste mis queridos amigos es que comenzamos a perder la memoria y olvidarnos de esas cosas simples y maravillosas que regocijan el alma. Si, como te lo estoy diciendo, estamos matando a la abuela. En este caso en particular quiero referirme exclusivamente al tema que me concierne, la cocina. Aquellos que tengan mas de cuarenta años se han cansado de decir y escuchar de otras bocas…”No hay cocina como la de la abuela”, “Como cocinaba la abuela”, “Los mejores platos eran los de la abuela”, “Que aroma, como los de la abuela”, “Comer los domingos en la casa de la abuela, era la gloria”, “La abuela prepara unos estofados…”.


¡Que frases!...pero, ya están casi en desuso. Es más una generación más y casi estará extinto, dos generaciones más y habrá desaparecido… la abuela estará muerta. No existirá niño que pueda repetir una frase como esta, ya de grande.
¿Por qué? Por que los tiempos han cambiado, el mundo vive acelerado, papa trabaja todo el día, mama también. ¡Hasta la abuela trabaja! ¡Jubilada y todo! No hay tiempo para preparar alimentos sanos, no hay tiempo para compartir la mesa, charlar, contarnos nuestras experiencias en el día, escuchar a nuestros hijos, debatir, educar, aconsejar, escuchar, sonreír, amar…

Como ya no hay tiempo o los tiempos son extremadamente cortos, la cocina se transformo en un “abrir y cerrar de latas” (Choly Berreteaga), conservas llenas de aditivos y sin sabor natural, sopas cremas con sabores falsos, jugos de…falsos, risotos en caja…sin sabor, pastas listas en cajas… ¿Con sabor a que? Pizzas congeladas, que una vez cocidas ni se asemejan a la foto de la caja. Frutas enlatadas con sabor a almíbar, Salsas de todo tipo con tantos aditivos que no se distingue el sabor. Ravioles, raviolones y sorrentinos envasados al vacío… ¿Sabor? Bien gracias. Los sabores reales de los alimentos están en extinción. Es mas, doy plena fe que hay niños que no conocen lo que es un puré de papas ¡Con papas! El tiempo pasa y todo cambia, defiendo eso a capa y espada, pero lo que no acepto es que maten a la abuela. Donde quedaron esos aromas y sabores. Donde quedo esa escena maravillosa donde estábamos esperando que la abuela se de vuelta para mojar el pan en la olla untando esa salsa que llevaba toda la mañana en el fuego. Esa carne estofada que se comía con cuchara. Las tortillas, las pastas los domingos, el pollo a la portuguesa, y la sopa… ¡La sopa de la abuela! Ese aroma a vegetales frescos que inundaba la cocina, el comedor y todo rincón de la casa.

Queridos amigos, les pido perdón, pero no puedo matar a la abuela, me niego rotundamente, es mas la voy a revindicar con bombos y platillos. Con amor, cariño, placer, si, placer de volver a disfrutar de sus aromas. Te amo abuela.

Hecho el depósito que marca la ley 11.723, todos los derechos reservados sobre esta obra, total o parcial. Quedan reservados todos los derechos de explotación. El contenido aquí presentado, se rige por las leyes de la República Argentina y se encuentra protegido por la legislación nacional e internacional sobre propiedad intelectual e industrial. Copyright © 2012.

RECETA:
SOPA DE LA ABUELA


Ingredientes:
Cebollas, puerros, apio, zanahorias, ajos, laurel, medio pollo deshuesado sin piel, tomillo, orégano fresco, granos de choclo, perejil picado, chauchas, calabaza, arroz o fideos soperos, queso rallado, cubos de pan tostado con oliva y pimentón dulce.

Elaboración:
Cortar la cebolla, el puerro, el apio y las zanahorias muy pequeñas, muy chiquito, agregar a una olla, junto al pollo, el tomillo, el ajo, el laurel, el orégano fresco, agregar agua y cocinar. Cuando rompa el hervor quitar todas las impurezas que se forman en la superficie y quitar con cuchara la grasa desprendida por el pollo, cocinar una hora a fuego bajo. Quitar el pollo, picarlo y regresarlo a la olla, agregar las chauchas cortadas de medio centímetro, la calabaza en cubitos de medio centímetro por medio centímetro, cocinar cinco minutos, agregar el choclo desgranado y cocinar tres minutos. Agregar los fideos pre cocidos  con el pan tostado en cubitos, acompañado de queso recién rallado.

A disfrutar que de eso se trata…



                                                             Saludos del alma, Adolfo Loyola.

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